El concierto para piano no. 3 en re menor


El concierto para piano no. 3 en re menor, op. 30 de Sergei Rachmaninov, es famoso por su exigencia musical y técnica, para el intérprete. Muchos reconocen que es quizás el concierto para piano más difícil del repertorio.

Tiene la estructua estandar de un concierto en tres movimientos:

Allegro ma non tanto
Intermezzo: Adagio
Finale: Alla breve

El tercer movimiento sigue al segundo sin pausa, lo que se denomina "attacca:" (véase la definición en el diccionario).
Compuesto en la quietud de su haciendo familiar, Ivanovka, Rachmaninov lo completó el 23 de septiembre de 1909. El compositor se proponía utilizarlo como una pieza para exhibir su talento como intérprete. De la misma fecha son la sonata para piano no. 1, el conocido poema sinfónico La isla de la muerte y la música para la liturgia.
El concierto es muy respetado e incluso temido por muchos pianistas. Józef Hofmann, a quien está dedicado, nunca probó interpretarlo, argumentando que "no era" para él.
Por las restricciones de tiempo, Rachmaninov no pudo practicar la obra mientras estaba en Rusia, y lo hizo en un piano mudo que llevó con él a su viaje a los Estados Unidos.
El concierto fue estrenado el 28 de noviembre de 1909 por la Sociedad sinfónica de Nueva York, bajo la batuta de Walter Damrosch y el compositor como intérprete al piano. La siguiente representación la dirigió Gustav Mahler pocas semanas después, siendo una excelente experiencia para el compositor. Fue editado por primera vez en 1910 por Gutheil.
La duración aproximada del concierto es de 45 minutos, mucho más que la duración habitual de 20 ó 30 minutos.
Sirivó de inspiración para la película Shine (1996), que narraba la vida del pianista australiano David Helfgott.
Es uno de los conciertos más populares y grabados del repertorio. Los críticos suelen destacar las versiones de Vladimir Horowitz (en particular la que realizó con Fritz Reiner en 1951), Earl Wild, Martha Argerich, Van Cliburn y Evgeny Kissin.

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