Ars Subtilior

El final del siglo XIV y comienzos del XV va a estar dominados musicalmente por la influencia de los músicos de la capilla de la corte francesa (Carlos V, 1364-80, Carlos VI, 1380-1422). Esta escuela floreciente cultivó mucha música profana cortesana
(ballades, virelais, rondeaux,...), se introdujo la isorritmia y la pluritextualidada, también en la cantinela. Pero la característica más importante va a ser la fascinación por la técnica; el sistema mensural se amplió más allá de la semimínima (se creó la fusa y la dragma) y la sofisticación rítmica con frecuentes cambios de medida (dosillos, tresillos,
síncopas).

Todo esto dio origen a un tipo de notación amanerada con un estilo lleno de matices, rubatos, hoquetus y una gran audacia armónica. Günter (1963) menciona a esta música de finales del siglo XIV como Ars Subtilior (arte más sutil), comparándola con la sutileza anterior del Ars Nova francés. Otro de los aportes de esta música va a ser el cromatismo y la utilización de la música ficta (ficticia, fuera del sistema hexacordal). El uso de cromatismos, aunque estos no se escriben (semitonia subintelecta) en ésta música se hace, sobre todo en las cadencias para buscar la sensibilización de la tónica del modo
(incluso dobles sensibles) y para evitar el tritono (diabulus en música) melódico y armónico. Todo esto contribuirá a la cimentación de lo que siglos después se llamará tonalidad.

Se puede hablar de dos generaciones de compositores de Ars subtilior, por una parte tendriamos la generacuión anterior al año 1400, donde nos encontramos con Solage, Andrieux (discípulo de Machaut), y por otro lado una segunda generación encabezada por Baude Cordier.

El Ars Subtilior traspasó las fronteras y en el caso de Italia, a la muerte de Landini (1397), recogió las ideas de éste estilo tardío francés. Johannes Ciconia de Lieja (1335- 1411), uno de los primeros franco-flamencos que emigraron a Italia, va a ser el autor que encabece esta influencia. La técnica compositiva de Ciconia queda reflejada en sus motete-caccia, se trata de obras a cuatro voces donde el triplum y el motetus se imitan recíprocamente con la técnica canónica e imitativa. Esta técnica de la imitación la extendió en sus obras sacras, dionde se imitan todas las voces.

Los manuscritos más importantes donde se recoge toda esta música son el de Chantilly
(Ch), Musée Condé, 564 (antes 1047) y el de Modena (Mod), Biblioteca Estense.

Por otra parte en Inglaterra se prefirió dar primacía a la música sacra. El ordinarium
(con el tenor en el medio o en la voz inferior), el Magnificat, los himnos (a tres voces,
con la melodía principal en la superior), el conductus y los carols (conductus navideños
a dos y tres voces con estribillo) fueron los géneros más explotados. La técnica del
contrapunto polifónico se caracterizó por el uso de terceras y sextas (“fauxbourdon”).

En Alemania Oswald von Wolkestein (1365-1445) es el primero que compone
canciones a dos y tres voces, según el modelo de cantinela.

No hay comentarios: