Scheherazada (Rimski-Korsakov)






Scheherazada Opus 35, es una suite sinfónica del compositor ruso Nikolai Rimski-Korsakov, compuesta en 1888. Basada en Las mil y una noches, esta obra orquestal combina dos características comunes a la música rusa, y particularmente de Rimski-Korsakov: una deslumbrante y colorida orquestación y un interés por el Oriente, muy destacado en la historia de la Rusia Imperial.

La suite está dividida en cuatro movimientos. El compositor se persuadió de darle títulos programáticos, pero posteriormente los borró para reeemplazarlos por meras indicaciones de tempo y desanimar la lectura de una historia en el desarrollo de la música. En la actualidad se suelen mencionar los títulos originales, que son:
I. El Mar y el barco de Simbad Largo e maestoso — Allegro non troppo en Mi mayor
II. La historia del príncipe Kalendar Lento — Andantino — Allegro molto — Con moto en Si menor
III. El joven príncipe y la joven princesa Andantino quasi allegretto — Pochissimo più mosso — Come prima — Pochissimo più animato en Sol mayor
IV. Festival en Bagdad. El Mar. El barco encalla contra un acantilado superado por el Jinete de Bronce Allegro molto — Vivo — Allegro non troppo maestoso en Mi mayor
El tema musical que inicia el primer movimiento representa supuestamente al dominante sultán Schahriar; este tema está construido con cuatro notas de la escala de tonos enteros descendente. Pero pronto (después de unos pocos acordes en los maderas reminiscentes del inicio de la obertura Sueño de una Noche de Verano de Felix Mendelssohn), oímos otro de los temas que aparece en cada movimiento; éste representaría a la narradora de la historia misma, Scheherazada, la esposa del sultán, que logra el éxito al conmoverlo con sus historias. Es una melodía arrebatadora y sensual en un solo de violín, acompañada por el arpa. Ambos temas, en cierto modo tratados como leitmotifs, son mostrados a continuación.

Forma musical

Scheherazada es una nueva forma de composición, hasta cierto punto a medio camino entre la Sinfonía fantástica de Hector Berlioz (1830) y el poema sinfónico de Franz Liszt de 1854. Probablemente, debido a la trama en la que está basada, está más próxima al poema sinfónico, en el sentido de que es menos preciso que el de la Sinfonía fantástica. El compositor siempre se pronunció para que evitar que se hiciera una lectura habitual programática, negando por ejemplo que los personajes evolucionen claramente y actúen, todo lo contrario de lo que escribió Antonio Vivaldi con los poemas adjuntos a Las cuatro estaciones, o de lo que hará Prokofiev en Pedro y el lobo, con los instrumentos que representan personajes con sus temas propios recurrentes. Rimski-Korsakov escribió así violentamente en Crónicas de mi vida musical:
Es en vano el buscar leitmotifs siempre vinculado a tales imágenes. Por el contrario, en la mayoría de los casos, todos estos aparentes leitmotifs no son más que materiales puramente musicales para el desarrollo sinfónico. Estos motivos pasan y se extienden por toda la obra, uniéndose sucesivamente y entrelazándose. Aparecen cada vez bajo diferente luz, mostrando cada vez distintas características y expresando nuevas situaciones, y corresponden cada vez a imágenes y cuadros diferentes.

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